A mis padres
"No pesan los años, pesan los kilos"
¡Y una mierda!
Físicamente puede que así sea, pero en el alma lo que pesan son los años.
Los años con sus experiencias, sus alegrías y sus amarguras.
Recuerdo de pequeño que al llegar a casa de la calle, mi madre estaba normalmente canturreando alguna copla mientras faenaba en casa: "Francisco alegre, tiene un vestío..."
Mi padre solía coger la guitarra y "atormentarnos" con sus acordes y sus " ven escucha esto" (ahora lo hecho en falta)
Pero pasan los años, crecen los hijos y con ellos los problemas, faltan los abuelos, los apuros económicos siempre marcando el ritmo a seguir y como no, los achaques típicos de la edad, hacen mella.
Todas estas cosa y alguna más que ellos sabrán, han empañado su alegría. Han apagado su voz y sus rasgueos. Hecho de menos el repicar de esa guitarra que tanto trabajo ( y dinero) le costó conseguir y a mi "mamica" canturreando una copla, aunque sea la "Zarzamora que anda llorando por los rincones...."
Pd. Un azucarillo (ya me entendéis) para ellos:
" Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre y la vista más amplia y serena"
(Ingmar Bergman)
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