Otra de niños
Hablando con mi hijo me salió con una de las suyas contándome sus planes de futuro. Me contó que él cuando fuera mayor quería ser cuatro cosas: inventor, “el que hace experimentos”, limpiador y PADRE.
Interesado por éste último “oficio” le pregunté que con quien se iba a casar y lo tenía muy claro. Tanto la persona, como la cantidad de hijos, sexo de éstos y hasta los nombres (algunos tan curiosos como lluvia o arcoíris ¿será hippy? Je, je). Lo cierto es que yo ya los había oído discutir sobre los nombres a ellos dos pero no sabía que se referían a sus futuros hijos y creí que era algún juego. Tenía muy claro que tenía que trabajar para comprar los ladrillos, las puertas, las ventanas, la piscina, el jardín (tira alto mi niño) y me reí bastante con la idea.
Pasado unos días indagué otra vez en el tema y me sorprendió diciéndome que se iban a venir a vivir a mi casa (¿será efecto de la crisis que ya no quiere un chalet con piscina?) Sorprendido le dije que no, que esa casa era de sus padres y que él se tenía que buscar otra. Él como siempre muy serio me mira, y me dice:
- ¡Papa, lo que pasa es que como cuando yo sea mayor, tú ya estarás muerto y la casa será mía!
¡JOPUTA EL NIÑO! ¿Pues no me quiere matar ya? Ja, ja.
Se lo conté a la madre y me dijo que lo suyo era peor porque a mí me quería matar, pero que a ella por lo que se ve, o la pensaba matar antes, o echarla a la calle.
Lo que tiene es que yo con cuatro años y medio iba a estar pensando en mi casa y mi familia. ¡Por los mismísimos…!
Un saludo padres del mundo.
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Ana Mari -
Pedrin -